viernes, 26 de junio de 2009

BLOQUE 3: HISTORIA DEL PARLAMENTARISMO EN ESPAÑA Y EXTREMADURA

1.- ESPAÑA.- Podríamos remontarnos a la época de los romanos para comenzar a hablar del Senado romano, como primer antecedente de cortes, o de asamblea, donde se discutían las cuestiones que importaban al imperio, pero partiremos de la Edad Media, porque es cuando en los distintos reinos que forman lo que en el futuro será España, nacen las cortes, aunque estas no tuviesen el sentido que tienen hoy en día.

En Castilla, el autoritarismo triunfó más fácilmente que en la Corona de Aragón, donde existían más fueros (privilegios). La monarquía de Castilla es una monarquía autoritaria. El rey tiene un origen divino y tiene amplios poderes: máximo legislador, máxima autoridad judicial, jefe del ejército. En la Corona de Aragón hablamos de una monarquía pactista: Los reyes no podían legislar sin contar con las Cortes, y se obligaban a respetar los fueros.

Hasta el siglo XV, con el casamiento de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, no se consigue una cierta unidad de España, aunque no se trata de una total unidad política, sino territorial. Vence entonces la monarquía autoritaria.

Las Cortes.- Cuando los representantes de las ciudades entran en la Curia Real -asamblea a la que acuden nobles y obispos- se forman las Cortes. Estaban formadas por los tres estamentos (nobleza, clero y tercer estado). Eran convocadas por el monarca sin plazo fijo, para resolver asuntos de importancia, para jurar fidelidad al heredero de la Corona o para votar impuestos, los llamados “servicios”. Tenían el derecho de hacer peticiones al rey, aunque éste no estaba obligado a atenderlas. Pero si eran aprobadas tenían fuerza de ley. En Castilla tenían menos poder que en la Corona de Aragón.

Aquí podemos recordar la revuelta de los Comuneros en 1521, durante el reinado de Carlos I, puesto que una de sus reivindicaciones era precisamente un mayor protagonismo de las Cortes Castellanas frente al autoritarismo real.

Las Cortes de la Corona de Aragón se reunían a veces de forma conjunta, pues cada uno de los reinos que formaban la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares) tenía sus propias cortes, ya que dicha corona era una especie de estado federal. Se trata de Cortes estamentales, pues el voto es por estamento y no por cabeza (ésta es una de las diferencias con las cortes actuales).

La llegada de los Borbones en el S.XVIII, acrecentó el poder real e hizo realidad la monarquía absoluta de derecho divino. Carlos III, rey ilustrado por excelencia, se dejó llevar por sus ministros ilustrados y comenzó a planificar mejoras económicas y sociales para el pueblo, pero sin perder un atisbo de poder. Todavía el pueblo no tenía derecho a decidir ni tampoco a opinar.

El S:XIX, trae los cambios que van a hacer posible la llegada de un parlamento, de unas Cortes, que por primera vez van a tener .capacidad de decidir, al menos en parte. Nos referimos a las Cortes de Cádiz(1810-1812), formada por representantes de España y Ultramar, perteneciente a todos los estratos sociales, con una mayoría de clases privilegiadas, sobre todo eclesiásticos.

Estas Cortes que aprueban la primera Constitución española y acaban, tras aprobar una serie de decretos, con el Antiguo Régimen, será el pistoletazo de salida del liberalismo español, ya que en lo que quedaba de siglo poco a poco, con avances y retrocesos, el Antiguo Régimen y todo lo que el representaba(absolutismo, privilegios, inquisición...) desaparece, hasta alcanzar a finales de siglo el sufragio universal masculino. Sabemos que este sufragio sirvió de poco porque hasta los inicios del S.XX el sistema electoral era corrupto, el “pucherazo” era el que decidía las elecciones, estamos en la época de los que el regeneracionista Joaquín Costa llamó “oligarquía y caciquismo”.

Tras la dictadura de Primo de Rivera(1923-1930), los españoles y también las españolas van a tener la oportunidad de elegir por primera vez de verdad un parlamento y un gobierno, ya que la Segunda República Española(1931-1936) redacta una Constitución moderna y progresista en la que se reconoce, por primera vez en España, el sufragio femenino. En el gobierno progresista de Manuel Azaña (1931-1933) vamos a ver la primera mujer ministra, Federica Montseny(ministra de sanidad) y a las primeras diputadas en el parlamento español como Clara Campoamor o Victoria Kent..

Por todos es conocido que durante el franquismo, la labor del parlamento es anulada, toda materia que haga referencia a la libertad y al pluralismo político, es prohibida y archivada. Porque Franco era ante todo antiliberal y antiparlamentarista. Todo a pesar de pantomimas como la Democracia Orgánica que se creó en la década de los cuarenta, esa especie de Cortes sin poderes reales que trataban de aparentar lo que no eran, de cara a Europa y el mundo.

Muerto Franco, llega la Transición política hacia la democracia. El 15 de junio de 1977, España vota, elige parlamento, por primera vez, tras cuarenta años de dictadura. A partir de aquí, y tras la aprobación de la Constitución de 1978, se ha ido haciendo poco a poco la historia de nuestro actual parlamento.

Un parlamento que ha pasado por malos momentos como el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, y por otros muy buenos como la aprobación de leyes que han ido cambiando nuestro país hasta el día de hoy, contribuyendo a su transformación en un país desarrollado, libre y plenamente incorporado a la Unión Europea, cuyo nuevo parlamento, por cierto, acabamos de elegir ( 7 de junio de 2009).

2.- EXTREMADURA: Gran parte de Extremadura fue reconquistada en el S.XIII por Alfonso IX(Cáceres, Montánchez en 1229, Mérida y Badajoz en 1230) pasando a ser tierras del reino de Castilla en los sucesivo. Con lo cual todo lo referente a Cortes estaría incluido en lo que hemos contado anteriormente.

Será ya en el siglo XVII, cuando encontramos una referencia histórica directa a Extremadura en lo que a Cortes se refiere, y está dentro de las revueltas que se producen en Portugal este siglo, motivadas por el proyecto del conde-duque de Olivares de Unión de Armas que llevarán a la independencia del país vecino.

Las principales repercusiones para Extremadura de las guerras por la independencia de Portugal fueron, además de la pérdida de habitantes y los saqueos, la desaparición de las relaciones económicas con el reino vecino y la acentuación de su carácter fronterizo y marginal, alejado de los principales centros económicos peninsulares.

Las ciudades extremeñas celebraron varias juntas en 1647, con el fin de buscar soluciones a la situación originada por esta guerra en su territorio. En dichas juntas se gestaba la idea de comprar un voto en las cortes castellanas, con el fin de exponer sus problemas.

La Corona de Castilla tenía 18 provincias agrupadas en torno a las 18 ciudades con voto en Cortes. Entre ellas no figuraba ninguna ciudad extremeña, por lo que la mayor parte de sus tierras estaban integradas en la provincia de Salamanca. La iniciativa partió de Plasencia, que ofreció compartir la compra del voto con otras ciudades (Badajoz, Trujillo, Mérida, Cáceres... ) Extremadura adquirió colectivamente en 1651 un voto en Cortes, dando lugar a la creación del distrito territorial o Provincia de Extremadura, que se separó de Salamanca.

El siglo XVIII, trae el absolutismo y centralismo borbónico, habrá que esperar al siguiente siglo, donde queremos destacar la figura del religioso Diego Muñoz Torrero, ilustre extremeño representante de la provincia de Extremadura en las Cortes de Cádiz y autor del discurso inaugural en dichas Cortes en e1810, en las que reivindicó medidas de tipo liberal; soberanía nacional, división de poderes, libertad de imprenta, fin de la inquisición etc. Su lucha por la libertad le llevó, durante el reinado de Fernando VII, al destierro y la cárcel.

En lo que quedaba de siglo, Extremadura va a protagonizar, igual que el resto de regiones españoles, diversos episodios de lucha por conseguir la soberanía nacional y un mayor protagonismo de las Cortes, así se creó una Junta Provincial en 1854, que dio lugar al Bienio Progresista, o en 1868, durante la revolución “la gloriosa”, que llevó al destierro de Isabel II.

Durante el último tercio del S.XIX, Extremadura cayó, como el resto de España, en las garras del caciquismo, en las cuales las elecciones eran amañadas desde arriba para que saliera elegido el partido al que le tocase el turno. Este sistema turnista, que ya hemos mencionado anteriormente, entra en crisis en los primeros años del S.XX.

Llegados a este punto, cabe mencionar la figura de Antonio Elviro Berdeguer, otro ilustre extremeño, poco conocido, que luchó como pocos por conseguir una identidad extremeña y alzó la voz contra el subdesarrollo de la región.

En 1918, Elviro se presenta como candidato a Cortes por el distrito de Alcántara, con la ayuda de Francisco Cambó(catalán) evento del que será derrotado por su oponente conservador por algo más de 3000 votos.

Por esta época se desarrolla la primera iniciativa institucional encaminada a exigir el reconocimiento de una personalidad propia para Extremadura y la concesión de una autonomía político-administrativa. Las Diputaciones de Cáceres y Badajoz crean una comisión en pro de mejorar las condiciones de la región, que Elviro considera representantes del sistema caciquil y por tanto incapaces de de iniciar cualquier tipo de regionalismo.

En 1920 publica su conocido Manifiesto Extremadura para los extremeños, dirigido a las clases más populares de la región, donde habla de los problemas que tiene la región y aporta soluciones, que pasa por un mejor reparto de la tierra condenando la abulia de los terratenientes.

Elviro quiere movilizar al campesinado frente al terrateniente, critica al parlamento porque para él las elecciones representan una farsa. Va a fracasar en su lucha por un regionalismo extremeño, de ahí que comienza su lucha desde el partido socialista, siendo fusilado en Cáceres al inicio de la Guerra Civil.

Aún así tenemos que mencionar que comenzó a redactarse un borrador de Estatuto de Autonomía, muy bien aceptado y trabajado en la provincia de Badajoz, pero no tanto en la de Cáceres, donde influenciados por los debates sobre el Estatuto catalán que pensaban peligroso para la unidad de España, propusieron la no aprobación por las Cortes Generales de este Estatuto.

Mientras tanto, hombres cualificados de Extremadura, entre ellos algunos intelectuales, se desplazan a Andalucía para establecer contactos con Blas Infante, padre del regionalismo andaluz, y en Cáceres se siguió trabajando para que el Estatuto viera la luz. En julio de 1936 el proyecto de Estatuto de Autonomía, fue terminado y presentado en las Cortes Generales para que fuera admitido a trámite, hecho que quedó en el aire, tras el alzamiento militar del 18 de julio.

Tras los cuarenta años de oscurantismo franquista, la recuperación de la democracia y la promulgación de la Constitución de 1978, llevó a Extremadura a iniciar su camino hacia la autonomía política. En 1982 queda constituida la Junta Regional de Extremadura, que dará paso al año siguiente, a la Comunidad Autónoma de Extremadura, tras la aprobación del Estatuto el 25 de febrero de 1983.

Desde entonces hasta la actualidad, han sido varios los gobiernos y parlamentos extremeños, pero todos han contribuido han transformar esta región, a HACER EXTREMADURA, cuyo resultado es una comunidad autónoma con todas las competencias transferidas, con un sector productivo en alza, con unas infraestructuras que se están transformando, una comunidad solidaria, con un medio ambiente envidiado en Europa, con un juventud comprometida, con una universidad dinámica y creciente y, aunque todavía queda mucho por hacer, con un futuro prometedor.

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